El frío le consume los huesos, el sol siempre le arruina la piel. Su voz se siente agotada, resignada. Las calles, se niegan a desaparecer.
Los árboles son inmensos, eternos, sin embargo la soledad es aún mayor.
Nuestros diarios son los mejores abrigos y las lunas sus únicas testigos.
En la sangre cargan hambre y marginación. En el corazón, la más sólida impotencia. En los sueños, una realidad distinta. En la mente, ilusiones vanas. En el corazón, un profundo vacío.
Las ganas de cambiar el contexto de su mundo son cotidianas, enormes y bordan la cuasi imposibilidad.
Las baldosas se transforman en sus amigas más fieles, más inevitables. Aquellos semáforos, en los ridículos colores de su vida.
Los días tienen veinte, veinticuatro o noventa horas, da igual, es más de lo mismo.
La improvisación nace en cada nuevo momento, como sucede con cada alma de este desierto. La discrepancia radica en la incertidumbre, en el estómago, en la carencia y en la más injusta desesperación.
Este combo estúpido concluye como sospechamos, no encontrar una salida los lleva directa o indirectamente a la auto-destrucción humana, a la esclavitud, los conduce deliciosamente a un mundo distinto, lejos del real, aquel que finalmente acaba traicionándolos.
Nuestros diarios son los mejores abrigos y las lunas sus únicas testigos.
En la sangre cargan hambre y marginación. En el corazón, la más sólida impotencia. En los sueños, una realidad distinta. En la mente, ilusiones vanas. En el corazón, un profundo vacío.
Las ganas de cambiar el contexto de su mundo son cotidianas, enormes y bordan la cuasi imposibilidad.
Las baldosas se transforman en sus amigas más fieles, más inevitables. Aquellos semáforos, en los ridículos colores de su vida.
Los días tienen veinte, veinticuatro o noventa horas, da igual, es más de lo mismo.
La improvisación nace en cada nuevo momento, como sucede con cada alma de este desierto. La discrepancia radica en la incertidumbre, en el estómago, en la carencia y en la más injusta desesperación.
Este combo estúpido concluye como sospechamos, no encontrar una salida los lleva directa o indirectamente a la auto-destrucción humana, a la esclavitud, los conduce deliciosamente a un mundo distinto, lejos del real, aquel que finalmente acaba traicionándolos.