miércoles, 23 de septiembre de 2009

Mis quilombos con el universo.

Nadie me dijo que la vida sería fácil, tampoco me advirtieron que llamarme Agostina y soñar un mundo diferente me iba a destruir tanto. Pero al final, gracias a la experiencia y los años, comprendí que la comodidad es una mala aliada y que el dolor parece ser ineludible y desgraciadamente indispensable. Aprendí a duras penas a convivir con él sólo cuando supe que sería el precio de mi sonrisa. Después de todo, le debo lo que sé y lo que soy, que es nada, es lo que es, lo que pudo ser. ¡Qué extraño!
Cazo motivos, de vez en cuando, para dale un sentido a todo esto, a los respiros caprichosos, a mi generación equivocada y así, quizás, algún día ordene mi desorden. Cambiar la visión, la perspectiva, mirar con otros ojos resulta ser salud mental.
Exijo, ahora mismo, ya, urgentemente, que mi voluntad sea fuerte, enérgica, indestructible, para que juntas, ella y yo, de la mano, como sea, transformemos este ruido interno, insoportable y permanente, en el mejor de los aprendizajes.
De a poco, equilibrando los tropiezos voy poblando mi desierto.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

¿Qué pesa más?

Corres con la mirada perdida en un horizonte que poco a poco va perdiendo valor para vos. Te sentis tan insignificante frente a él, que tus latidos son cada vez más ligeros, casi al ritmo de los pies.
No hay tiempo que peder, lo sabes, pero tu cuerpo vive exhausto y la voluntad ya no es suficiente.
¿Qué pesa más? ¿Las ganas de paralizarte frente a este huracán insoportable o seguir aniquilándote por ganar la carrera?
Una decisión tan difícil como la vida misma.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Es difícil.

Sucede a diario, el alma cae, surge y resurge nuevamente y así el ciclo se repite hasta que en algún momento, cuando ya las esperanzas parezcan extinguidas y las fuerzas se tomen licencia, asome la sonrisa más linda del mundo y traiga consigo un sentimiento que recubra todos los anteriores, y es ahí cuando te toca a vos conocer verdaderamente lo que es vivir de la mano de la felicidad y, probablemente, sentirás que fuiste realmente idealista y que tus teorías pasadas eran evidentemente erróneas. Nada es casualidad es esta vida. Y es que queda tanto por aprender…