El frío le consume los huesos, el sol siempre le arruina la piel. Su voz se siente agotada, resignada. Las calles, se niegan a desaparecer.
Los árboles son inmensos, eternos, sin embargo la soledad es aún mayor.
Nuestros diarios son los mejores abrigos y las lunas sus únicas testigos.
En la sangre cargan hambre y marginación. En el corazón, la más sólida impotencia. En los sueños, una realidad distinta. En la mente, ilusiones vanas. En el corazón, un profundo vacío.
Las ganas de cambiar el contexto de su mundo son cotidianas, enormes y bordan la cuasi imposibilidad.
Las baldosas se transforman en sus amigas más fieles, más inevitables. Aquellos semáforos, en los ridículos colores de su vida.
Los días tienen veinte, veinticuatro o noventa horas, da igual, es más de lo mismo.
La improvisación nace en cada nuevo momento, como sucede con cada alma de este desierto. La discrepancia radica en la incertidumbre, en el estómago, en la carencia y en la más injusta desesperación.
Este combo estúpido concluye como sospechamos, no encontrar una salida los lleva directa o indirectamente a la auto-destrucción humana, a la esclavitud, los conduce deliciosamente a un mundo distinto, lejos del real, aquel que finalmente acaba traicionándolos.
Nuestros diarios son los mejores abrigos y las lunas sus únicas testigos.
En la sangre cargan hambre y marginación. En el corazón, la más sólida impotencia. En los sueños, una realidad distinta. En la mente, ilusiones vanas. En el corazón, un profundo vacío.
Las ganas de cambiar el contexto de su mundo son cotidianas, enormes y bordan la cuasi imposibilidad.
Las baldosas se transforman en sus amigas más fieles, más inevitables. Aquellos semáforos, en los ridículos colores de su vida.
Los días tienen veinte, veinticuatro o noventa horas, da igual, es más de lo mismo.
La improvisación nace en cada nuevo momento, como sucede con cada alma de este desierto. La discrepancia radica en la incertidumbre, en el estómago, en la carencia y en la más injusta desesperación.
Este combo estúpido concluye como sospechamos, no encontrar una salida los lleva directa o indirectamente a la auto-destrucción humana, a la esclavitud, los conduce deliciosamente a un mundo distinto, lejos del real, aquel que finalmente acaba traicionándolos.
5 comentarios:
que buen relato, me llego
justo anoche unos amigos para joder empezaron a molestar a un hombre que estaba durmiendo en la puerta de una casa... me dio tanta pena :(
bueno, que pases bien
pancho
Siempre pensé cosas parecidad sobre la gente de la calle pero vos lográs ponerlo en palabras, hermoso relato.
Saludos
Hermosa tu sensibilidad!
Saludos amiga...
Me encanta el formato de este blog!
Pase por aca para ponerme al dia xq sino me atraso.Cada temaa que elegis y la forma en que escriibis me encanta.Es el colmo que pase esto en este mundo. Pero lamentablemente es la realidad
LLegan enserio ! Segui asi amiga
Te quiero mucho.Un besote
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