martes, 16 de septiembre de 2008

R.U.T.I.N.A

Después de lavar intensamente mi rostro, camino rápidamente dos cuadras hasta la parada del 500. Observo la vereda malgastada por los años y, a pesar del sueño que me maltrata, pienso que de alguna forma nosotros también somos veredas, es decir, también nos malgastamos con los años. Revoluciona mi dormilona reflexión un viejo que me preguntaba la hora, y de paso, extiende la conversación agregado que el clima está cambiando notablemente y se aproxima la primavera.
Por suerte aquel transporte arcaico no se hizo esperar demasiado, después de darle paso al señor, saludo simpáticamente al mismo chofer que me tira siempre un chiste de mal gusto con respecto a la hora y el sueño, y busco asiento para felicidad de mis piernas.
El paisaje se encuentra intacto, de la misma forma que los días anteriores. Las personas van y vienen a un ritmo vertiginoso, como si el tiempo faltara, como si los torturara tanto como a mí.
En la siguiente parada seguro sube el mismo viejo prolijo y perfumado que va a cobrar la jubilación y que tiene ojos llenos de resignación y yo como otras tantas veces le voy a ceder mi asiento.
Doblamos en la misma esquina y le pegamos derecho hasta mi parada. Ahora suben unos nenes exaltados que salen del colegio y van con hambre a sus casas.
Y yo sigo acá, parada como todos los días mirándolos.
Cuando llegue el semáforo voy a llenar mis oídos de música, intentando disfrutar las dos cuadras de libertad.
Entraré al colegio llena de la más atractiva nostalgia que me transmite la música francesa y me rendiré frente a la nueva imitación que se me presenta.
El último banco me espera, para quemar papeles, horas y neuronas. Sabré que mañana será igual, y pasado también. Sin embargo me entrego por completo a la más maravillosa y monótona rutina.

9 comentarios:

BLUEKITTY dijo...

Mmm la rutina! No creo que haya nadie en este mundo capaz de esquivarla y no sufrirla. Aunque a veces es reconfortante apegarnos a ciertos rituales que se repiten y nos dan seguridad, la mayoría de las veces es desesperante si los vientos de lo nuevo no soplan. Te recomiendo que escuchés la canción de Radiohead "Fitter Happier" ya que habla y expresa muy bien esa desesperación de la rutina y con su tradicional toque de ironía.

Anónimo dijo...

Yo vivo rutinariamente, siempre y cuando me regale esos momentos para mi, relajandome, probando nuevas cosas o cambiando programas. Es increíble y a las horripilante el saber que vas a hacer lo que hacés ahora durante mucho tiempo. Tal vez cambiés dentro de unos años, pero si cambiás, vas a seguir teniendo una rutina. Que monótona que se vuelve la vida si lo pensás por esa parte!
Un beso Agos.

El Diablo Des. dijo...

Yo requiero la rutina, salirme de ella me destruye el día. El tiempo no es tuyo, ni mío, ni de nadie, así que usarlo no cuesta. La rutina es tan noble que te deja hacer lo que quieras cada día y tú decides plantarle un altar. Deja de venerarla y veras como te busca a escondidas la veras de reojo y cuando menos pienses ya estará instalada de nuevo, tan cómodo y calida como siempre.

m a r i e dijo...

existe el colectivo 500 ??
Me encanta ver que actuliizaste, entro a leer con toda la emocion.
Besos Agos.

Fleur dijo...

La peor parte de la rutina es que la odiamos y al mismo tiempo la aceptamos resignados hasta que aprendemos que no podemos luchar contra ella ya que nos acompañará por el resto de nuestras vidas.

pd: mi comentario pasado lo respondiste en el blog de mi hermana ( en el que aprticipo a veces ) gracias que me avisó y me enteré de lo que escribiste, jajaja.

Saludos agos !

rama dijo...

Qué curioso, más allá de las distancias y el tiempo, una simple acción repita la misma imagen una y otra vez, como lo describís en tu post y mecánicamente sin darse cuenta o no!, todos ruedan en la misma burbuja un poco desencantado y otro poco no, pero siempre verás cuantiosas caras como la rutina!.
Saludo.

arenasmovedizas dijo...

La rutina.. siempre renegamos con la rutina, o no amiga? Los domingos cuando volvemos para nuestros hogares.
Aca te detallo la rutina que hacemos: Primero de todo, nos paramos de donde estamos sentadas y arrancamos viaje..paramos en la primera parada: Savio 1058, empezamos a hablar de algun tema, siempre uno distinto.. reimos hasta las lagrimas, sacamos un poco el cuero a alguien, renegamos de las cosas que no estamos conformes y no entendemos porque estan, y te despido.. Camino hacia la otra parada: Savio 1144, llego a mi casa y elijo entre la compu o la tv, pero siempre me inclino mas para la compu. Paso el tiempo hasta la hora de cenar, voy al baño, me lavo las manos y a cenar, mas o menos las 11 p.m. termino y me vuelvo de vuelta a la pc, hasta mas o menos la 1 a.m. que tengo que irme a mi cama, para empezar el otro dia con un poco de pilas e ir a la escuela.. :(
Te quiero amiga!! estoy siempre. Un beso

Eduardo Roldán dijo...

Un dia en la vida de Agostina! Un dia que es todos los dias. Muy lindo!
Saludos...

Tess dijo...

Odio la rutina. La rutina me deprime, me cansa, me aburre. Por suerte siempre hay pequeñas cosas que hacen de un día muy especial. Tu blog es genial!