jueves, 31 de julio de 2008

Un estudiante, por supuesto, de corta edad, enfrenta al mundo una mañana de otoño, da unos primeros pasos disfrutando del fino sonido de las hojas secas bajo su suela, se estira, oxigena, observa y piensa.
No conoce exactamente su destino
, se entrega completamente a sus piernas y a sus pequeños ojos miel.
Dirige su mirada a diferentes puntos y reflexiona sobre cada uno de ellos.
En principio, detiene sus pupilas sobre el verde brillante del semáforo y echa un vistazo atentamente a la presión que ejerce sobre el acelerador la zapatilla de aquel empleado que tiene que llegar puntual a su trabajo, y piensa que detrás de esa suela existe una familia. Hasta es capaz de imaginar sus hijos, quizás de su misma edad y su mujer, con ojos cansados y las puntas del cabello deterioradas, baldeando la vereda humillada por el maniático otoño.
Gira su rostro y observa inevitablemente a la ochentona que sutilmente corre la cortina para espiar al jovencito que besa a su novia en la vereda de enfrente y está seguro que en su interior se lamenta por lo atrevidas que vienen las nuevas generaciones y recuerda que su marido, quien mira fanáticamente el boletín semanal, solamente era capaz de abrazarla frente a la gente y hasta eso era visto como un abuso total en su época.
Esa cafetería sigue en la esquina vendiendo el mismo café rancio, con las mismas sillas y el mismo
viejo que lee el diario todos los días.
El cielo se encuentra cada vez más oscuro y seguimos ignorando soberbiamente el calentamiento global.
El taxista, harto del volante, remonta en su coche a una embarazada desesperada por el nacimiento de su hijo.
Los adolescentes continúan felizmente en posición horizontal.
El día comienza a marchar como de costumbre, cada ser se encarga de realizar, aún contra su voluntad, la tarea que le corresponde, pero existe algo en todos ellos que coincide, sus rostros gritan basta a la rutina y sin embargo nadie tiene la capacidad de oírlos, todos siguen firmemente con su cotidianeidad y no reparan ni siquiera un segundo en la de los demás.
Entonces se dio cuenta en seguida que las cosas pueden cambiar si al realizar el mismo camino nos animamos a mirar para diferente sitio y de distinta manera, podríamos destruir nuestra agotada rutina aprendiendo de los ojos ajenos.

9 comentarios:

arenasmovedizas dijo...

Amiga, entro todos los días y varias veces. Me encanta como escribis, como te desenvolves. Se nota que te gusta mucho y que le dedicas mucho tiempo. Seguí asi, me encantan todas las cosas que contas, en algunas me identifico y en otras las personifico tal cual lo dice en el escrito. Te mando un beso enorme. Te quiero vecina!. Ahh y acordate de algo: Mientras te guste y te sientas segura de lo que haces, hacelo siempre.

Alex dijo...

hola| agostina, eso se llama escribir una historia con ritmo, a medida que lees te atrapa,te va llevando sin darte cuenta, te felicito.
si no te molesta andare seguido por aqui.

saludos

Sascha! dijo...

hola... pues aquí me tienes, de visita por tu casa... muchas gracias por los alagos...

por cierto, que me encantó la forma en que narras, siento como si estuviera ahí, y eso, creo yo, es algo que aún no logro hacer...

estamos en contacto...

Mila dijo...

Lei tres entradas y me enloquecieron. Me encanta el estilo de redacción que tenés.
Gracas por invitarme a tu blog jaja, donde quiera que me inviten, yo acepto la invitación!
Que tengas un buen fin de semana.
(Por cierto, me gustó mucho la imagen del título)

Franco dijo...

Bueno, acá paso a dejar mi huella.
La verdad que me encanta que ahora tengas este lugar para pasar tiempo dejando plasmadas tus ideas. Vi que estuviste escribiendo mucho, así que ahora seguiré leyendo.
El diseño también es excelente, muy original.
Te dejo mi saludo, y espero que sigas así :)

Anónimo dijo...

Un placer pasarme por aca y encontrarme con estas palabras...a expresarse que hace bien!

Gracias por invitarme a tu lugarcito :)

Saludos!

Yuliana dijo...

Me encanto tu blog, enserio muy lindo. Te invito a pasar por el mio:) suerte linda.

a bríl dijo...

que linda forma de escribir que tenés. un beso :)

Unknown dijo...

que lindo, que linda!