jueves, 31 de julio de 2008

Las palabras se me agotaron, no solo eso, aprendí que en esta vida existen cosas inexplicables, intolerables, cosas que corren por nuestras venas cotidianamente, mientras vas al colegio, mientras sonreís, cuando estas con tus amigos o simplemente en el momento que apoyas tu cabeza sobre tu única e inigualable almohada y no logras conciliar el sueño.
Cuando digo inexplicable es realmente eso, no se puede explicar lo que es pensar continuamente en la misma persona y sentir que la desesperación no brinda ninguna salida, que el ahogo te asfixia y se instala en tu pecho sin fecha de partida, que los ojos arden y las lágrimas se cansaron de salir, que es imposible desalojar lo que llevas dentro.
No existe la palabra justa para describir lo que es cargar con el peso de otra persona en tu cuerpo, como una mochila de culpas, que no, repito, NO mereces.
Deambular por la vida con un rostro desarreglado, con las esperanzas mutiladas, con las piernas cansadas.
Levantarte al siguiente día con ganas de no despertar más, ojear el diario con ojos deteriorados, verlo a él en todos los rincones, llevarlo en tu billetera, sentirlo hasta en el perfume del ejecutivo que cruzaste ayer por la noche.
Luchar con el cansancio a diario, porque las ganas se van de vacaciones. Y en la garganta, se instala una maldita piedra que quiebra las pocas palabras que te quedan. Cuando todo quema, cuando parece que el oxígeno ya no repara en nosotros, cuando cruzas el límite y sentís lastima propia, cuando resulta imposible arrastrar tanto en uno mismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola linda.
Pase a visitar tu blog, ya que me lo recomendaste, jeje. Como veras, no lei solo el ultimo post escrito.
Como me identifico contigo. Por la cresta, por que nos pasan estas cosas? Lo bueno es que pasan, a veces se nos hace eterno pero sin darnos cuenta pasan. Yo estoy (aun) en ese maldito proceso. Pero dejame decirte que, en el fondo, no es tan malo. Por lo menos ahora estoy tranquila y me siento feliz conmigo. Super comoda, y a la larga eso es lo importante, porque la mayoria del tiempo uno esta con uno y con nadie mas. Igual ya ha pasado harto rato antes de darme cuenta de esto y muchas otras cosas. Ya viene la primavera, te aseguro que si te pones a salir como enferma, juntarte con amigas, tomarte unos copetes, tomar sol y bla bla bla, quizás no olvides de inmediato, pero por la cresta que lo vas a pasar bien. Yo lo hice el verano pasado, y te juro que es la mejor terapia.
Un besote.

Diego Bartra Bazán dijo...

Hoooooola, me dejaste una invitación en mi blog a la cual no podría negarme, entré a tu blog hace unos días, leí un poco, pero no pude ni dejar un comentario corto por el tiempo que me aquejaba en ese momento.

La secuencia de este texto me mantuvo atrapado. Me agrada ver que la gente se exprese, que digan lo que sienten, piensan, y cada uno con su sello propio. Te felicito! (:

Me ha agradado tu blog, así que creo que estaré paseando por acá de forma seguida. Además el fondo de tu blog es muy parecido a un marco que compré para poner una foto que me mandó la niña-mujer Natalia Maggi, jeje.(http://ojodelunar.blogspot.com/)

Ciao, me despido, pero sólo por el momento ahhh jeje. (:

Anónimo dijo...

¿Cómo está mi amiga de Ramallo?



Esto, te cambio la mochila... Al final resulta que nos hacemos todos mochileros: si no es la tuya, es la mía, y si no, la del otro. Pero siempre hay una mochila... Esto ya parece una excursión.

¡Espero que todo lo demás esté ok!