La ciudad en tonos sepia, se viste de otoño. Repleta de fragmentos desabridos de una vegetación que no hace mucho supo respirar. Y los árboles, absortos ante el tiempo que les toca, pierden el abrigo, para despojarse de un pasado que se extingue, para renacer. Algo así como les sucede a las personas, sólo que en ellos, no es cuestión de voluntad.
Y a nosotros nos exprime la nostalgia, nos arrastra, nos aprieta, nos estrangula. Transitamos hambrientos las callecitas de Ramallo, pisoteando los restos de un otoño que año a año parece ser el mismo, disfrutando del ruido que sólo nos permite oír una naturaleza desgarrada.
4 comentarios:
Muy lindas palabras... el otoño comienza a sentirse y es una nueva etapa para vivir.
Disiento en la parte de que no depende de nosotros el renacer como las cosas de la naturaleza; creo que estás equivocada. Pasa que olvidamos muy seguido que nosotros somos parte de ella también, y depende sólo de nosotros y de una fuerza de nuestro interior querer renacer. Todos renacemos. Lástima si elegís verlo de otra manera.
Como en todos está la capacidad de florecer, está la de renacer o la de dejarnos secar.
Como amo el otoño, es mi estación del año favorita.
Me encantan los dias de lluvia, los dias frescos, las hojas naranjas o las hojas caídas...las miles tazas de té y capuccino que me acompañan en miles de reflexiones..tal vez sera porque soy nostálgica, o no sé, pero amo esa estación.
Saludos enormes!
Flor.
P.d: te invito a pasar por mi otro blog, dedicado únicamente a la fotografía:
http://ojoscaleidoscopio.blogspot.com
lindas palabras, pero el otoño no solo es nostalgia, tambien es una forma diferente de ver la vida, nos enseña que las cosas cambian, nos da una leccion de vida que pocos saben identificar asi, ya que hay diferentes maneras de hacerlo. Igual me gusto bastante.
saludos.
Es maravilloso lo que escribís. Me llega al alma, gracias por compartirlo!
Publicar un comentario