lunes, 25 de agosto de 2008

Sentarse, adecuarse, mimarse el cabello, pulirse el ojo, respirar recóndito, bostezar, naufragar por la mente y escribir.
Lo primero que aparezca en la mente, simplemente escribir. Regalarle libertar a las letras hermosas para que brillen como solo ellas saben hacerlo.
Combinarlas en cualquier sentido para fabricar una realidad a elección, lejos o cerca de la que realmente coexiste, pero aquello es maravillosamente lo que menos interesa.
Darle el gusto a tus dedos de que se muevan para donde prefieran y agradecerle a tus neuronas por facilitarle la orden.
Tirarlas con seguridad, esclavizarlas, secuestrarlas en el papel y transformarlas en inmortales
.
Un deleite que quita tiempo
, requiere atención y apacigua el alma.
La protesta que carecerá de importancia.
Los gritos hacia el mundo más sordo.
El conjunto de oraciones que pasaran de moda.
Sabemos que la vida indefectiblemente se ampliara marchando continuamente, sin pausa y que pocos tendrán la grandeza de detenerse a observar.
Ellas, sin embargo, quedaran inmóviles, pasivas, ocuparan respetuosamente el lugar que les asignaron, porque ellas tienen una autoestima indestructible, porque solo ellas saben lo que valen para este corazón cansado.

6 comentarios:

Adriancito dijo...

IN CRE I BLE !!!

Germanico dijo...

Adhiero. Ellas seguiran hablando mas alla del tiempo y de la vida.

Saludos

rama dijo...

Que loco! como puede perdurar y conmover un garabato ordenado con sentido y que loco que siempre te quede tinta en los dedos, serán bolígrafos de mala calidad!.
Saludos.

BLUEKITTY dijo...

La verdad, me hiciste acordar a las instrucciones de cómo llorar o darle cuerda a un reloj, simple.
Es un buen escape el que nos dan las palabras y el poder escribir.

Adrian Orellano dijo...

flores.
me gustó mucho, conmovedor.
me sumo a la idea y escribo algo al respecto.

J.P. Gutièrrez dijo...

Muy bueno. Esperanzador. Debería pasar seguido por acá. Beso.-