Era una de esas noches en las que te vas a dormir con ganas de no levantarte nunca más.
Se dejó caer inmediatamente en la cama y cubrió su cuerpo con sábanas que intentaban contenerla. Estaba harta, dolida, corría por sus venas la certeza del error, pero aún así después de tres o cuatro lágrimas pudo conciliar el sueño. La noche había sido larga y cargada de emociones. Abrumada se sintió cuando al abrir los ojos el calendario decía domingo. Podía predecir cómo acabaría, esos días siempre acaban igual. De cualquier manera, ni ella, ni nadie, contaba con otra alternativa que vivirlo, cueste lo que cueste.
Al recordar, estallaba. La ardía en la piel una bronca insostenible, bronca de sí misma, se odiaba por cometer tantos errores irreparables, se odiaba por huir, se odiaba porque en el fondo lo quería. Lo quería y, por sobre todo, lo necesitaba. Necesitaba alguien que se preocupe por ella, que le llene el móvil de besos y cotidianeidades, que la abrace, le escriba cartas y le regale chicles de melón. Necesitaba alguien que la sujete fuerte mientras llora aún cuando no comprenda el motivo y sin importar las manchas del delineador. Alguien con quien reírse de idioteces y caminar de la mano. Alguien a quien no le parezca estúpido escaparse un momento de la realidad.
Lo necesitaba, repito, tanto como a ese ejército de estrellas. Él, durante mucho tiempo, había perdido la dignidad, literalmente, por tenerla entre sus brazos. Sin embargo, a pesar de ser la dueña de sus noches, decidió apartarse de sus auxilios. ¿Por qué? Habría que preguntárselo, siempre huyó de la felicidad.
Se dejó caer inmediatamente en la cama y cubrió su cuerpo con sábanas que intentaban contenerla. Estaba harta, dolida, corría por sus venas la certeza del error, pero aún así después de tres o cuatro lágrimas pudo conciliar el sueño. La noche había sido larga y cargada de emociones. Abrumada se sintió cuando al abrir los ojos el calendario decía domingo. Podía predecir cómo acabaría, esos días siempre acaban igual. De cualquier manera, ni ella, ni nadie, contaba con otra alternativa que vivirlo, cueste lo que cueste.
Al recordar, estallaba. La ardía en la piel una bronca insostenible, bronca de sí misma, se odiaba por cometer tantos errores irreparables, se odiaba por huir, se odiaba porque en el fondo lo quería. Lo quería y, por sobre todo, lo necesitaba. Necesitaba alguien que se preocupe por ella, que le llene el móvil de besos y cotidianeidades, que la abrace, le escriba cartas y le regale chicles de melón. Necesitaba alguien que la sujete fuerte mientras llora aún cuando no comprenda el motivo y sin importar las manchas del delineador. Alguien con quien reírse de idioteces y caminar de la mano. Alguien a quien no le parezca estúpido escaparse un momento de la realidad.
Lo necesitaba, repito, tanto como a ese ejército de estrellas. Él, durante mucho tiempo, había perdido la dignidad, literalmente, por tenerla entre sus brazos. Sin embargo, a pesar de ser la dueña de sus noches, decidió apartarse de sus auxilios. ¿Por qué? Habría que preguntárselo, siempre huyó de la felicidad.
21 comentarios:
No es nada fácil hacerse cargo de la felicidad propia, mucho menos de la ajena. Que el móvil se llene de cotideaneidades hermosas nos alienta, pero se necesita ser muy valientes para no huir y animarnos a ser importantes para alguien más.
Se te extrañaba nena! Saludos!
La felicidad siempre es un apuro si no se sabe llevar o encontrar. el ritmo de alguien es muy importante en ella..
un gusto leerte
saludos fraternos
un abrazo
Yo creo que la valentía fue haber tomado la decisión de irse. Por experiencia propia.
Se te extrañaba!!
Besos
Y quién no necesita en la vida que nos abracen al llorar y nos regalen chicles de melón!!!
Yo lo necesito.
perdio la dignidad, eso no se si es felicidad.. es mui dificil irse. i mas si es amor. la gente q tiene ese coraje se merece mis aplausos.
un abrazo
q pases buen finde :)
El otoño es bueno para esas noches que te dormís sin querer levantarte más, las mantas en la cama parecen protegernos de próximos errores.
Saludos!
Necesito eso, y acabo de perderlo.
huir es la mejor forma de desaparecer del mapa incluyendo los errores, pero no es la forma correcta. Hay que aprender a afrontarlos de apoco a poco y con el tiempo ganás mucho más.
son los mejores escritos que leí y leo, saludos mujerrrrrrrrrrrrrrr:D
hola,
bueno a veces también esta bueno estar solx, sin los chichles de melon ni sandia, y convivir con las inseguridades o resolverlas o disfrutarlas.
y tengo un fb pero no lo uso la verdad y no tengo fotos ahi tampoco. por el picasa tengo un par mas, gracias por tu elogio a las fotos. vos no sacas para poner algunas?
saludetes
porque, siempre le huimos a lo desconocido...
a veces creemos que la felicidad es el fin, la meta y que hay se acaba todo. eres feliz y luego mueres...
pero hay un mundo despues de la felicidad.
..o simplemente, a veces no se nos antoja ser felices.
no lo se.
y ¿que voy a saber yo?
saludos
JuLia
A lo mejor no escapaba de la felicidad, simplemente tenía prisa por conocer su otro yo, desconocido, e infeliz, que nadie le mostró, que habrá de descubrir por ella misma. Tal vez cuando lo conozca suficientemente volverá a la felicidad, su felicidad de siempre que ya no será la de entonces, su felicidad que será vista con ojos renovados... ¡Qué sé yo!
Gracias por tu visita, corazón.
¡Un abrazo gratuito!
que lindo escribis
Huir nunca es una buena solución. si creces con sus chicles de melón, máscalos y cuando pierdan el sabor te compras otro.
termine por desarmarme, no puede describirme mejor tu entrada.
saludos
me ha FASCINADO tu blog :)
Agostina
esta muy chevere tu blog...felicidades!
segui posteando...
ahi te dejo para que lo cheques:
www.tumentepoderosa.blogspot.com
fer
Uf! Uno a veces, arranca. Yo lo hacia. Y se arranca por muchas cosas. Yo, tenia miedo, miedo que me volvieran a dañar y miedo de volver a sufrir. Pero ya no arranque más. Y en eso estoy, viendo que pasa.
se acabaron los chicles?
saludos!!!
siempre se vaan...y siempre sin hacer ruido. creen en el infinito que hay en tu mirada y después una suma de meses se hacen demasiado eternos....
me he recordado cierta sensación...
Hace mucho que no escribisssss volve a subir alguna entrada :( Jaja Besos Agos
La buena felicidad dicen que no se nota.
Publicar un comentario