HASTA QUEDAR EN EL OLVIDO
En este instante una persona se encuentra caminando las calles de Londres bajo aquella luna inmóvil, cual moneda de plata y al mismo tiempo un turista se insola bajo el más radiante y hermoso sol. Un yankee lee el diario en New York y en Baires todos caminan con taquicardia. En ese hospital aquel viejo pelea por su vida y en la entrada un pordiosero muere de hambre y frío. En un rincón alguien se ríe desquiciadamente y en otro se deshidratan hasta los huesos por llorar. En Venecia o en Orlando, en Bohemia o en Piamonte, en Capital o en el campo. Algunas saborean un café en Madrid, otras disfrutan la torre Eiffel en París. Un chino se muere de amor y, a su vez, un gallego sufre por su despertador. Miles de almas están haciendo lo que te imagines y lo que no te imagines lo están haciendo también.
Catalina se encuentra tirada sobre un banco desgarrado de una plaza mal cuidada, ateniéndose simple y profundamente a soñar. En sus piernas apoya su cuaderno cómplice lleno de hojas amarillas y entre sus dedos una lapicera con la punta tan carcomida como sus uñas.
Describir su interior es casi tan difícil como entender al mundo. Lo que corre por su sangre no cabe en ningún texto, en ninguna oración. Es intenso, extraño. Vertiginoso y vasto.
Observa a los seres y la sensación aumenta, se intensifica. Los siente tan ingratos frente al respirar. Tan inocuos frente al constante desperdicio del tiempo. Aún así sigue observando, naufragando en las miradas, inventando almas. Se pierde en la nostalgia que desparraman los ojos de un hombre con años de perseverancia y otros tantos de resignación. Y nunca, pero nunca, cae en la ingenuidad de abandonar el pensamiento, de no darse el gusto de continuar descubriendo.
Al cabo de leer y a su vez aprender tanto de la simple mirada de aquel viejo cansado, le inunda la visión una nueva escena que trae consigo dos jovencitos muertos de amor y, en lugar de especular, elige agachar su cabeza.
Frente a tantas situaciones que la invitan a la reflexión, concluye hundiéndose en pensamientos ácidos, aquellos que le informan a gritos lo ínfima que es en el mundo y lo sola que se encuentra.
Cata, está acostumbrada a excluir ahogos y a tragar con fuerza, entonces sube su par de ojos miel e intenta afrontar la realidad.
La plaza es algo así como un pabellón de sueños, cargado de árboles eternos que sirven para hospedar a las gaviotas y también para regalarte el aire más puro. Completan aquel hermoso paisaje objetos de colores que les roban sonrisas a los niños y algunos banquitos prehistóricos.
Abre su bolso desarreglado y extrae su cámara fotográfica para perpetuar todo aquello. Así es ella: ama la fotografía, la música, los jazmines, la lluvia, las palabras, el café y por sobre todas las cosas las miradas, sabe en lo más profundo que cada pupila esconde una historia y es a eso a lo que dedica su tiempo libre, a descubrirlas y a tatuarlas sobre el papel.
Extiende entonces sus piernas y mientras transita, entre flashes y retinas, declara al lugar demasiado grande, a la cuidad demasiado inmensa como para poder tenerla en cuenta.
Se siente, básicamente, sola e incomprendida y lamentablemente no se equivoca.
La vida no la percibe, pero ella continúa con pasos lentos y seguros hasta perderse en el horizonte, hasta quedar en el olvido.
Todo aquello no cabía en ningún texto, en ninguna oración, pero, irónicamente, sí en una palabra: Catalina.
12 comentarios:
Y bajo esa luna cristalina leemos con dulzura tu exquisita escritura que nos da el privilegio de sentir tus versos...
un abrazo inmenso
Te confieso que en varias líneas me identifiqué con Catalina, también amo el café y también me pensé que muchos ni siquiera valoran el respirar. Sin embargo, el mundo sigue girando, Londres, Baires, etc etc.
Genial texto como siempre =)
Recuerdo cuando me lo mandaste, y cambiamos el final:
"Todo aquello no cabía en ningún texto, en ninguna oración, pero, irónicamente, sí en una palabra: Catalina."
Un beso Agos.
Buen año !
Y yo estoy leyendote mientras tu estas leyendome...
me siento muy identificada...
igual todo sentimiento es dificil de describir con palabras. ese libro podra quedar ahi durante horas, esos pensamientos no los sabra nadie mas que ella misma.
Hermosa descripición.
Los ojos suelen gritar lo que callamos, retratarlos sería una manera de denunciar todo eso, que se me ocurre, está bueno.
Te dejo un saludo, un abrazo, y un hasta pronto.
siempre tan lindo lo que escribis!
Cuando uno quiere leer algo lindo, algo que le deje una enseñanza, algo que te deje pensando, todos entramos acá.
Nunca nos defraudaste y no creo que lo hagas jamás, porque todos tus textos son todos iguales de lindos e interesantes.
Ojalá nunca dejes de escribir Agos. Nos tocás nuestro lado mas sencible.
(Hablo en general porque especulo que todos piensan como yo, ya que no tengo ninguna certeza la cual me diga que a alguien no le gusta como escribís)
Un beso enorme Agos.
Sin palabras...
ME FASCINO TU TEXTOOOO!!!
REALMENTE ME ENCANTOOOO
muchas gracias por abrir este espacio a cuanta persona quiera leerte pues para mí es un gusto leer tus escritos....SON MAGNIFICOS!!
besos
que estes bien
muak
=D
En esos momentos de delirio, tal vez mirando el sol, mientras viajo en colectivo o al mismo tiempo que leo un libro, me pongo a pensar en cosas tan profundas como la inmensidad de la humanidad.
Es cierto, muy cierto, que por mas mundo y personas que creamos conocer, siempre vamos a estar encerrados en una burbuja, porque el mundo, y ni hablar del universo es tan inmenso, tan infinito, que nosotros no somos mas que un grano de arena junto al mar.
Un beso grande
Me siento tan identificada con este texto por unos momentos y mas porque una amiga me llama asi, Catalina.
tu blog es magnifico también!
gracias por firmar, besos!
sabrii!
me encantaron tus lineas acompañe a catalina en cada linea , te invito a ver las mias ahora , te espero.
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